Cristo y la adúltera

  • Autor: Pietro del Po
  • Época: Entre 1646-1656
  • Obra: Sobre cobre
  • Ubicado: Iglesia de San Eutropio. El Espinar (Segovia)

IMAGEN Y TEXTO OFRECIDO POR LA FUNDACIÓN DE LAS EDADES DEL HOMBRE

En un escenario de arquitectura de sobrio clasicismo, lleno de personajes de solemne apostura, se advierte a Cristo, que, semiarrodillado, escribe algo en el suelo con el dedo índice de la mano derecha. Ante él, la adúltera en pie, rodeada de Fariseos.

La pintura, sobre cobre, presenta el episodio narrado en el Evangelio de San Juan (8:11), donde los fariseos llevan ante Jesús a una mujer descubierta en adulterio para crear dificultades a Cristo. Este, sin decir nada, escribe algo en el suelo y luego pronuncia las palabras: «Quien esté libre de pecado, arroje la primera piedra”, pues la ley condenaba a las adúlteras a ser lapidadas.

La interpretación que hace Pietro del Po, es de un tono severo y de riguroso clasicismo. La arquitectura, casi desnuda, se levanta sobre el grupo con severas verticales concluidas con un arco; los personajes evocan muy directamente los de Rafael de Urbino en sus cartones para tapices con los Hechos de los Apóstoles.

Al darlo a conocer en 1988, subrayaba que, de los cobres que le acompañan formando serie (Cristo y los doctores, Cristo expulsando a los mercaderes del Templo, Entrada de Cristo en Jerusalén y este Cristo y la adúltera) es quizás el mejor resuelto de todo el conjunto y que es muy notable como ha sabido destacar la figura de la mujer valiéndose de la luminosidad de la gama clara de sus vestidos y haciendo sobresalir su cabeza sobre el grupo de fariseos. Fechable entre 1646 y 1656 en sus años romanos, por sus semejanzas con la serie de la Catedral de Toledo encargada por el Cardenal Pascual de Aragón en esos años, destaca por la serenidad у el equilibrio y cuenta entre lo mejor de la producción de este artista menor, hizo infinidad de grabados sobre obras ajenas, siempre en un tono de clasicismo contenido de tradición romano-boloñesa al que no fue ajeno el contacto con Poussin al que admiró profundamente y grabó algunas de sus composiciones.

Alfonso E. Pérez Sánchez