Jesús y la samaritana

  • Autor: Anónimo (copia de Alessandro Allori)
  • Épica: Finales de siglo XVII – principios del siglo XVIII
  • Obra: Óleo sobre lienzo
  • Ubicado: Iglesia del convento de San Esteban. PP. Dominicos. Salamanca

IMAGEN Y TEXTO OFRECIDO POR LA FUNDACIÓN DE LAS EDADES DEL HOMBRE

En directa inspiración y copia del Jesús y la samaritana que realizara Alessandro Allori hacia 1575 para la iglesia de Santa María Novella de Florencia es este lienzo de la iglesia de San Esteban de Salamanca. Dada la semejanza y fidelidad de color de la copia con el original, pensamos que esta obra del convento dominicano de San Esteban, desdice sus deudas nutricias tanto de los grabados de los siglos XVI y XVIII como de la estampa dieciochesca de Carlo Bozzolini y Gaetano Cecchi (grabado), afirmando por tanto que la ejecución de la copia podría haberse realizado en la misma Florencia por un pintor hábil y de docta mano en visualización directa con el original de Allori.

Careciendo de noticias de autoría y de biografía de pincel inexplorada, no obstante, bien podríamos fechar este lienzo de San Esteban en el tránsito del siglo XVII al XVIII; señalando, eso sí, que de entre las copias que conocemos, ésta de Salamanca puede ser considerada por su tratamiento pictórico como la más sobresaliente y fiel al original del maestro.

Salva, pues, aquí, nuestro anónimo copista la personal indagación en saber resolver de manera propia la supuesta invención de la escena a tratar a tenor del bíblico relato, tomando toda la disposición iconográfica de la composición del cuadro de Allori en Santa María Novella; es decir, quedan fijados en la copia, sin torpezas ni desmañas, el debido espacio concreto, la natural fuga perspectiva y las distancias convenientes.

Después, ateniéndonos a la “escucha visual” de la obra, vuelve la copia, en ducho y valiente dibujo, a conseguir en toda su hechura la pretendida eficacia piadosa que demanda el relato, mostrándonos a Jesús en solemne y poderosa gravedad de sacra conversación con la mujer samaritana. Y en dicho diálogo, fija la atención de nuestros ojos la encantadora apostura de la samaritana, resuelta en desenvuelto y natural garbo de manierista delicadeza, resonándonos aquí, no sé por qué, maneras y ecos italianizantes del pintor vallisoletano Gregorio Martínez de Espinosa. Como en el original de Allori no se olvida nuestro pincel del lienzo de San Esteban en hacer notar su maestría a la hora de tratar telas, fruncidos, paños y doblamientos de la mujer bíblica, significándose a aplaudir, eso sí, su hermosa peluquería, verificada en un encantador tocado de cintas y joyas que arropa su femenino cabello recogido y trenzado. Igualmente, en la pronunciación y declamación interna del cuadro, se han sabido traducir del original todas las convenciones de representación y uso debido de las actitudes retóricas.

Junto a todos los protagonistas que dan vida y movimiento a la escena también valoramos de sobresaliente en la copia su verosimilitud en saber captar del original tanto luces de “ocaso bassanesco” como atmósferas y pormenores naturalistas, declarándose con convicción en la lectura del lienzo sus relaciones espaciales y ambientales, arropado todo ello en una adecuada resolución de tintas que consiguen como resultado final el innegable y apropiado interés por escrutar armoniosamente tanto efectos y contrastes que demanda la debida luz modeladora.

José Ramos Domingo