Abrahán dormido

  • Autor: Juan Picardo
  • Época: 1550-1556
  • Obra: Madera policromada, dorada y estofada
  • Ubicación: S. I. Catedral. El Burgo de Osma (Soria)

IMAGEN Y TEXTO OFRECIDO POR LA FUNDACIÓN DE LAS EDADES DEL HOMBRE

El retablo mayor de la catedral de El Burgo de Osma recoge un complejo programa de exaltación mariana y fundamento inmaculista, inspirado por don Pedro Álvarez de Acosta, obispo de Osma entre 1539 y 1563 y mecenas de la obra. Desde el punto de vista formal, este retablo es una magnífica muestra de la corriente manierista en la escuela castellana. La traza y dirección de obra corrieron a cargo de Juan de Juni, aunque, a la postre, es una obra de colaboración en la que Juan de Juni y Juan Picardo comparten la labor escultórica casi a partes iguales. Así, se genera una competencia en la que conviven las formas enérgicas y ampulosas de Juni, con la mesura y equilibrio de Picardo. El contrato fue firmado el 13 de marzo de 1550, y, aunque la parte escultórica ya estaba terminada en1554, hubo que esperar a 1556 para concluir la policromía y el dorado.

En la predela del retablo, como base de la calle de la epístola, se encuentra esta figura dormida de Abraham, con su hijo Isaac a los pies, portando el haz de leña del sacrificio. Forma pareja con Jesé, con su David, en la calle del evangelio. Ambos son el germen del que brota la genealogía de Cristo, representada en el retablo con los dos árboles genealógicos que nacen de su pecho y se desarrollan en las columnas laterales del retablo. Jesé, de Juan de Juni, y Abraham, de Juan Picardo, son dos esculturas monumentales, inspiradas en modelos miguelangelescos. Esta influencia era inevitable. No hay duda de la estancia italiana de Juni y es muy probable la de Picardo. En el caso de estas dos esculturas yacentes, la dependencia de los modelos escultóricos de las alegorías del Día y la Noche y del Crepúsculo y la Aurora de las tumbas de Lorenzo y Giuliano de Medici, son palpables.

Un aspecto muy destacable de la escultura de Abraham es la extraordinaria policromía que presenta, cuajada de grutescos y motivos mitológicos realizados con gran maestría y minuciosidad. Sorprende encontrar en ella la representación de una fábula tan poco pía como la historia de Leda y el Cisne, que aparece en uno de los pliegues interiores del manto del patriarca. Todo este repertorio muestra una libertad de ejecución y elección de temas decorativos que quedará relegada, poco después, tras las directrices marcadas por la doctrina de Trento.

Por último, ante esta grandiosa escultura de Juan Picardo cabe preguntarse cuánto hay en ella de la influencia e inspiración de Juan de Juni. El trabajo junto a un escultor reconocido y prestigioso tuvo que ser un gran acicate. Juan Picardo se crece en este retablo y en absoluto desmerece frente al genio juniano. Fruto de ello son dos de las obras más destacadas de su carrera, el gran grupo de la Dormición de la Virgen de la calle central y este Abrahán dormido que nos ocupa.

Picardo, que ya había trabajado para la catedral de El Burgo de Osma en la realización de una serie de relicarios y parte de las esculturas de la capilla de San Pedro de Osma, sin duda satisfizo con su trabajo al obispo Acosta que siguió contando con él en años posteriores. De su taller salieron la escultura de María Magdalena del retablo del trascoro de dicha catedral, el sepulcro de Acosta en el monasterio Sancti Spiritus de Aranda de Duero, hoy desaparecido, y muy probablemente la decoración pétrea de la fachada de la Universidad de Santa Catalina, también en El Burgo de Osma.

Juan Picardo murió en Zaragoza hacia 1576, ciego y pobre. Una muerte que dista de ser la que merecía, pero que no deja de ser reflejo de la dura existencia de muchos artistas de su tiempo, a pesar de haber mostrado una profesionalidad y valía fuera de toda duda.

José María Capilla de Blas